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lunes, 10 de febrero de 2020

"Coreavirus"*

(*Dícese del empacho de "Parásitos" que se pegaron anoche los coreanos en la meca del cine.)

Después de pasarme en cuarentena 14 días con sus 14 noches, por aquello de ser solidaria con la comunidad china afincada en Los Ángeles (y porque sé de sobra que el Dolby Theatre pilla al ladito del Teatro Chino, pa qué mentir) y de abastecer mi hogar de suficientes cafés-con-bollo como para alimentar a todo el elenco de "1917" durante sus 2 horas de plano secuencia, me desparramo ansiosa en mi sofá a la hora señalada en espera de los acontecimientos.


Los presentadores de Movistar+ nos avisan de que Gisela es trending topic a estas alturas del bodorrio. ¿Mande? ¿Gisela-la-de-OT-UNO? "A ver si va a ser Leticia Sabater haciendo de las suyas", pienso yo pamí... Pues no. Mira tú por dónde que Gisela (dicen) va a ser la primera española que actúe en la gala de los Oscars, "interpretando un trocito de la canción de Frozen 2 en español", añaden. Nivelón, Maribel.


Pues bien. Llego a tardar un poco más en ponerme el pijama y me pierdo a las Elsas-de-Frozen llegando en comandita a la alfombra roja. Menudo mogollón. Todas (y cuento hasta 9) sonriendo a cámara como si fueran a sacar la bolita del bombo del Cuponazo y posando ante los medios como auténticas profesionales. "Pues sólo les quedan 3 horas de espera hasta que dé comienzo la gala. Ahí es nada... se les va a cuartear el maquillaje", repite machaconamente mi vocecita interior. 

Las hay de todos los colores: rubias, morenas, peliteñidas, con falda mesa-camilla, con vestido-tubo, pre-mamá, en traje regional... qué sé yo. Son tantas que la canción (siento el spoiler) acabó siendo como un pequeño patchwork: la intérprete principal (Idina Menzel) cantaba el 90% del tiempo y cada una de estas tenía que entonar una frase de unas 3 o 4 palabras (a tó tirar) que en nuestro caso, según el rotulista de la abc americana, estaban interpretadas en "Castilian".


Verás las risas de la peña buscando en google "ande coño pilla Castilia".
Es que manda juanetes que el "Spanish" de toa la vida se lo hayan endiñado a la mexicana...


Bueno, centrémonos. Estábamos en la alfombra roja. Al lío...

Billy Porter: ¿quién eres tú y por qué eres la FAN-TA-SÍ-A de estos premios desde hace un par de años? Indescriptible. Mejor os lo retrato:


Este presentador (y cantante, porque actuó en el número inicial con Janelle Monae), que el año pasado nos epató con su smoking con faldomentos, ha conseguido rizar el rizo y este año se ha presentado de esta guisa sin sentido: con pecho-colibrí dorado y un parapente enroscado a sus caderas. No le falta nada-nadita. Por llevar, lleva hasta la pulserita de la Comunión. Con él, todo es tan normal, tan normal, pero taaaan normal que Heidi Klum, abochornada, ya ni se digna a aparecer por estos lares. Je suis désolée.

Y menos mal que no ha visto a Spike Lee, porque entonces ya nos pediría las sales...


Si uno se fija bien (es imposible que no nos suene este despropósito), este traje (o su primo-hermano) ya lo "lució" el año pasado. Pera que lo busque...

Ahí estaba él, con su look Mario-Bros...
Bien, pues este año ha querido homenajear a Kobe y le ha pedido a su señora que le planche unos números con la vaporeta y ahí le tenéis: tan contento con sus parches térmicos del 2 y del 4. Estilazo. Eso sí, hay que mirarle poco rato para que no te dé el ataque epiléptico.

Y ahora vamos con las mejor vestidas de la noche (según los expertos):

 



Mi favo sin paliativos en Natalie Portman, que llevaba bordados en su capa los nombres de las directoras NO nominadas este año.

Ahora las peores (insisto: no lo digo yo, ¿eh?, que lo dicen los entendidos)...


Respecto a la gala...

Tengo sentimientos encontrados:

- Por un lado, esta moda de no tener presentador no me gusta, porque soy muy fan de los monólogos mordaces de inicio y, claro, eso de dejar la nota de humor en manos del presentador del premio de turno no siempre tiene buen remate. De hecho, la mayoría tienen 0 gracia y se limitan a leer el monitor.
- Por otro lado, al disponer de tiempo, abundan los números musicales, de los que me declaro fiel seguidora. Especialmente en un año en que los discursos han sido aburridos y sin (apenas) mensaje. Sólo salvo el de Joaquin Phoenix que, aunque no se comprendió del todo bien, llevaba mención especial a su hermano River y con eso se ganó al personal.

Así que sigo pensando que no han dado con la fórmula óptima todavía. A pesar de que las canciones fueron menos impresionantes que en galas precedentes, se agradece el esfuerzo y el colorido, pero sigo pidiendo encarecidamente a la Academia que les den la presentación "per saecula saeculorum" de esta gala a Maya Rudolph y Kristen Wiig, porque ellas sí tienen pillado el tranquillo al tema y hacen reírse al respetable cada vez que pisan el escenario con su sola presencia.


Los momentazos me-parto-la-caja de la noche (que siempre los hay) han estado a cargo de los presentadores de premios con sus mini-diálogos. Bueno, de algunos de ellos. En concreto, me quedo con Steve Martin y Chris Rock dándole cera a Jeff Bezos ("un hombre tan rico que, incluso después de divorciarse, sigue siendo el hombre más rico del mundo", bromearon), con Rebel Wilson y James Corden dando su premio vestidos de CATS (una imagen ciertamente bizarra e innecesaria, olé sus bemoles) y con Maya y Kristen ofreciéndose como actrices a todos los directores disponibles, mostrando todo su repertorio de caretos y canciones en directo. 


Y el momentazo sácame-los-ojos-por-Dios se lo dedico a una tal Blac Chyna, fina-fina ella,  que me hizo sospechar que ya no se llevan los rellenos de hialurónico, sino que lo más in del momento es la espuma de caucho directamente en vena. Dime tú si no...

 

No le queda "de serie" ni el esternón. Mirad esos ojillos desparejados, esos labios salchicheros y esa naricilla descompensada. No ha conseguido la talla adecuada de vestido para sus nuevos pectorales y, a sus tiernos 31 años (¡verídico!), ha conseguido parecerse a una Betty Boop sesentona maltratada por la vida. ¡No te compraba yo ni jartita de grifa, guapa, más que guapa! 
Dios, qué susto tiene que dar recién salida de la ducha...

En fin, por ir acortando mi diatriba, insisto en que a Brad Pitt habría que clonarlo, a Toy Story 4 habría que quemarla y a Eminem no le sientan bien las vitaminas que se toma por las mañanas.


Billie Eilish ponía cara de no entender nada durante su actuación. A ver,  ¡qué esperabas! La chiquilla tenía 11 años cuando el (ahora) barbudo Eminem sacaba el disco Eight Mile, en el que se incluía la canción que interpretó anoche. Para la mayoría de la platea era todo un déjà vu. Para Billie era un WTF
Y ni te digo lo que era para el bueno de Scorsese...


Pero mi momentazo me-quedo-helada de la gala es para Diane Keaton: ¿tanto frío tenías, maja?
¿Había que llevar en pleno escenario un jersey de cuello vuelto, un traje de lana y un abrigo de paño, con su sombrero y botacas a juego? 
Ésta va igual para presentar el mejor guión original que para pasearse por un glaciar.


El  in memoriam de este año terminó con Kirk Douglas en pantalla bajo los acordes del Yesterday de los Beatles que interpretó Billie Eilish al piano. De nuevo, consiguieron (casi) eliminar el aplausómetro a los tele espectadores (aunque se coló alguno), dejando únicamente abierto el micro de Billie y su pianista, lo cual es mucho más respetuoso con los difuntos más desconocidos.

Por supuesto, como ya sabréis a estas alturas, los "Parásitos" de Bong Joon Ho (mejor director) lo devoraron todo. Al menos, los premios más jugosones, incluyendo entre ellos el de mejor película internacional (se siente, Pedroooo) y el de mejor película "a secas". Qué empacho, chica.

Y me gustaría terminar con una recomendación a Sir Elton John, que seguro que me estará leyendo...

Elton, cielo, te lo digo desde el cariño que te tengo: deja de una puñetera vez las magdalenas y los colores fuertecitos, que te van a suponer un disgusto más pronto que tarde. Céntrate en tu dieta y en tu música, y asume tu edad y tu calva. Y sí: te dieron el premio a mejor canción "por ser vos quien sois", porque te faltó hasta el resuello para terminar el I'm gonna love me again de "Rocketman".

¡De nada!


Pues ya estaría...


lunes, 25 de febrero de 2019

A/att del sesudo directivo de la Academia que se apostó el suspensorio a que "fijo que me calzo al presentador y nadie se cosca de la jugada"



Menudo truño, jomío

Te has tenido que quedar más a gusto que Jessica Fletcher con sobredosis de Corega extra...


¿Pues no insistían desde los mentideros angelinos en que era ésta una medida dirigida a acortar la gala y no perder la audiencia que se les desploma por la ladera de Hollywood desde hace años? 

¿No decían que la misma diferencia horaria que provoca que los neoyorkinos apaguen la tele sí-o-sí a las 11 de la noche (por más que Lady Gaga esté haciendo todavía las gárgaras previas a la [única] actuación memorable de la gala) sería la artífice de una ceremonia briosa y enérgica de 3 horas exactas de duración?

¿Y que una presentación coral era preferible a las gracietas de turno de un incontinente verbal (y además homófobo, según califican a Kevin Hart), que para eso ya tienen a Trump jodiendo-la-marrana cada día desde el telediario?

Pues menudo acierto, Maricarmen.

Porque a la ausencia de presentador hay que unir la omisión de guion y la escasez de humor de la mayoría del personal seleccionado. Vamos, lo que se dice un sopor/tedio/pestiño que te quita las ganas de estrenar pijama y preparar termos de café con leche con los que sobrellevar la vigilia.

Chica, es que sólo se salva la alfombra granatosa (este año le han subido un pelín el pantone), que, quieras o no, pues te entretiene...

Este año todo ha sido una clara "oda al rosa". No sé si para compensar los [abusivos] looks en negro del pasado "Me-too", o simplemente porque la primavera ya ha llegado a California.

Que yo recuerde, iban en la gama todas estas (y fijo que me estoy dejando un puñao de ellas): 




A ver, que no seré yo quien reniegue de este color tan... ¿femenino? ¿Cursi? ¿Relajante?

Pero vamos, que en ese ramillete veo tres cupcakes de grosella, un dosel para casa-en-la-campiña y alguna loncha de chopped-pork... Y no es por criticar, ¿eh? Que no soy yo nada-nadita de criticar...

Fíjate si no me gusta malmeter que ni siquiera voy a mencionar a mi odiada queridísima Heidi Klum*, que este año no "tuvo a bien" presentarse en la fiesta del cine. Ella. La más vedette de todas las figurantas faranduleras. ¡Qué cosas! Pues a lo mejor es la primera vez que me falla en esta década... ¿A ver si la voy a echar de menos y todo?

Bueno, sigamos con los galardones.
El premio ex-aequo "Mamarrachos in the Night" se va para estas dos perlas cubanas que me tienen todavía con los nervios despelujados:


En el caso del primo de José Mota, era curioso verle hacer volar su falda dando vueltas, como los de la danza de los zancos de La Rioja, pero sin destaconarse. 

En el caso de Spike-cosasdenegros-Lee, me surge la duda de si está en pleno rodaje del videojuego Mario-Afro-Bros y ha aprovechado el atrezzo por ahorrar. (Los presentadores de Movistar le han llamado "Teletubbie morado", añadiendo después "que por si no lo sabían, era el gay"). ¡Qué fuerte, marichocho!

Quiero hacer especial mención al disputado premio "Cara-joker" de la gala, que este año se va a casa de Angela Bassett, quien, a sus tiernos 60 años, ha descubierto las bondades del punto de cadeneta y le ha dicho a su cirujano que le grape las mejillas a lo que queda de sus cornetes nasales y ¡hala, tira pa la calle!


Lo malo es que no se debió de acordar que el año pasado ya le había pedido al sufrido doctor que le rellenara los labios de plumón noruego y, claro, ahora no nos cabe todo en la misma cara, ¿verdad, reina? Todo eran risas hasta que se nos empezaron a apelotonar las prótesis...

Entreguemos ahora el trofeo "Te disfrazaste y la gafaste" del guateque.
Se lo lleva, sin lugar a dudas, Glenn Close, que se ha atrevido con un Carolina Herrera color ferrero-roché, de unos 20 kilos de peso y 4 millones de hilos (como se los pille la Bassett, se enrolla los jamones como un roast beef) que no sólo la abotija y ensancha, sino que la afea y envejece. De hecho, te diré que al principio ni la enfocaban, porque el regidor estaba convencido de que esa mancha dorada que atisbaba en lontananza era la figurita del Oscar del pasillo de entrada que se había escapado de la peana. 

Nada más lejos de la realidad...

Mi pobre Glenn... encima de acabar más sudada que sobaco de malabarista por tener que arrastrar sin carretilla esa especie de manta para náufragos hipotérmicos, tuvo que ver cómo Olivia Colman le robaba el premio en toda su jeta (y ya son 7 las veces que esto le ocurre). Algo parecido a lo que tuvo que padecer Amy Adams (en su caso, por sexta vez... todavía hay esperanza) ante una bombástica Regina King que se alzó con el premio a mejor actriz de reparto.
Si te digo yo que hay días que es mejor no levantarse de la cama...



El "No te lo compro" de la noche se va para Charlize Theron. Por una vez, y sin que sirva de precedente, tengo que decir que estaba muy desfavorecida para sus estándares habituales. Se ha teñido el pelo de negro y le ha dado por vestirse de Maléfica, con hombreras picudas y escápulas al viento, por lo que ha ganado en vileza lo que ha perdido en dulzura.
Vamos, que no.


 Bueno bueno bueno..... ¿y quiénes son los "Faemino y Cansado" de la fiesta? ¿Eh?


Pues los Momoa, ¡cómo no!
Si no llegan a conjuntarse en el tono de moda, habrían pasado por "el ciclado y su dealer de esteroides", porque Lisa Bonet, con su sempiterna cara de desubicada y su actitud de me-bajo-de-la-vida, me desajusta los biorritmos. De verdad.
Eso sí: ¡me declaro fan absoluta del coletero del Momoa! De terciopelo rosita-empolvado, a juego con su smoking. ¡Que os juro que entregó un premio con el coletero en la muñeca! ¡Si me pinchan, no sangro!

El premio "Sevillana del WhatsApp" de este año se lo daría a Jennifer Hudson...


... si no me diera tanta pereza esta mujer, la verdad. Pero como me resulta infumable, pues se queda desierto este año...

Y antes de pasar a resumir la soporífera gala, os resumo escuetamente el resto de modelazos:

Los Noes (en estos parece que todo el mundo coincide):


Los Síes (según los expertos, aunque en algunos casos no sé yo...):



Y entonces, cuando ya todo parecía vendido y las limusinas empezaban a clarear por el asfalto, llegaron ELLOS:


  • Bradley Cooper, arrastrando a su señora madre por la alfombra (la pobre, parece un gnomo que vende cupones) y luciendo a la Shayk por delante y por detrás. A la buena de Irina todo le daba la risa: ¿que te dan un premio? ¡Jajaja! Yo me parto. ¿Que Lady Gaga te refrota los carrillos en pleno escenario? ¡Jijiji! Que me mondo. ¿Que mi novio se arrima tanto en el momento apoteósico-final de la canción que la mismísima Lady Gaga le tiene que hacer una semi-cobra? ¡Jojojo! A que mi chorbo es total...

Y así, sucesivamente.
No hay como estar buena-que-te-rompes para que todo te resbale, chica...



  • El caso de Lady Gaga me suscita "dudillas": iba... "bien", digamos. Creo que quería emular (o algo así) a Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", con el collar de 128 kilates de Tiffany (valorado en más de 30 millones de dólares) que la actriz (y sólo ella) lució para promocionar la película en 1961. El conjunto era imponente y habría dado igual que se pusiera semejante joyón con un chándal multibolsillos de táctel. Pero ella optó por un diseño negro de Alexander McQueen con mesitas auxiliares en sendas caderas, que lo mismo le valían para sujetarle la estatuilla que para apoyar el cubata en la after-party. Ella es así: la clásica chica "práctico-disfrutona".


En fin, vamos al lío: la ceremonia.

Comenzó muy animada: al ritmo de Queen con sus "We will rock you" y "We are the champions" a todo volumen. Los invitados se movían en sus butacas como poseídos por Don Diablo y la cámara enfocaba sin rubor a Javier Bardem, que se despepitaba junto a Queen Latifah (el teatro estaba a tope de "Queens") como si se hubiera puesto fino a txakolís en el vestíbulo. ¡Virgen del panecillo, qué desparpajo y desenfreno!


Una vez pasado el momento este de euforia desmedida, empezaron los presentadores. Cada premio era introducido por un par de actores que, con mayor o menor fortuna, intentaba hacer reír al personal. ¿Os suena aquel programa que se llamaba "reina por un día"? Pues igual, pero creyéndote Ellen Degeneres o Billy Crystal por un día. 
Un disgusto que pa qué te cuento...

Salvo de esta quema a la insigne Melissa McCarthy -con su capa de conejos de peluche al estilo "the Favourite"- y a las ya célebres Tina+Maya+Amy, por las que sigo abogando como presentadoras perpetuas de las ceremonias venideras. Por los siglos de los siglos amén.

Lo de Melissa, a todo esto, es digno de admiración. Plantarte de esta guisa a entregar el Oscar a mejor vestuario en un teatro sembrado de tías buenas por doquier tiene su aquel:



Respecto a los chicos, el gran Mahershala Ali recibió su segundo Oscar por "Green Book", que a su vez ganó el premio a mejor película. Alcanza así a Denzel Washington, que es el único actor afroamericano con 2 estatuillas en su haber.

Y, por supuesto, EL MOMENTAZO de la ceremonia: ese dúo al piano de la Gaga y Bradley Cooper (en esta ocasión, con el pelo limpio; se agradece) que te encoge las meninges y te dilata los poros. Subieron al escenario directamente desde sus asientos del patio de butacas y cantaron con una química desbordante. Fijo que hasta la costa Este les esperó para apagar la tele.



El apartado "In memoriam" de siempre, más sosorro que nunca, estuvo protagonizado por el director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, que capitaneó a la Filarmónica de Los Ángeles en este luctuoso momento. Sigo alabando el gesto del respetable de no-aplaudir en este apartado, para no hacer distinciones entre los muertos de tipo A y los de tipo Z.

Para terminar, quiero agradecer que "casi-me-da-algo-Roma" no ganara mejor película. Se llevó mejor película de habla no inglesa, mejor dirección y mejor fotografía.
Suficiente.

Y cierro esta crónica con un par de misterios sin resolver que quedarán para los restos:

- ¿Por qué Julia Roberts, incluso entregando el premio final, parece estar en pleno anuncio de Calzedonia? ¿Puede sonreír más todavía, a la vez que habla, me refiero? ¿Es posible que le sigan creciendo los dientes con los años? ¿Y la anchura de la boca?

-  ¿Por qué Jessica Chastain fue trending topic en España al comienzo de la ceremonia? ¿Tendría algo que ver el hecho de que publicara en sus stories de Instagram un gif de Terelu zampando porras como si no hubiera un mañana al lado del inaudito hashtag #lorenabobbitt? ¿Alguien me explica esta asociación de ideas perversas? 

Gracias de antemano. Seguiremos informando.


*Nota de esta bloggera que les habla: me comunica mi corresponsal en Los Ángeles que la im-prescindible Heidi Klum sí estuvo por la zona, aunque no en la alfombra ni en el Kodak Theatre, sino en la fiesta posterior organizada por Elton John. Si disponen de fotos de la susodicha dándolo todo al ritmo del "I'm still standing" del anfitrión, no duden en ponerse en contacto conmigo. La desacreditaremos con cariño. Gracias de nuevo.

lunes, 5 de marzo de 2018

¡Pues que viva México!


Espera que me quite la corona de flores estilo Frida, que me aprieta las sienes...


Menuda nochecita mexicana... 
Salma-estoy-hasta-en-la-sopa-Hayek se apunta a todos los "movimientos" del sector (aunque yo la encuentro más estática que nunca, qué cosas), Guillermo del Toro dedica su premio a otros dos directores mexicanos que lo ganaron previamente (como si fueran los Tres Tenores) y Gael García-Bernal perpetra (qué dolor de tímpano) en directo y sin anestesia el tema principal de la película "Coco" (también de temática mexicana). Vamos, que la gala terminó siendo una reunión de Mariachis con subidón de tequila.

A todo esto, yo esperando el color negro en las vestimentas y qué va, qué va... 
Parece que el asuntillo "Time's Up" está semi-superado y han decidido que ya fue bastante con el revival de Bernarda Alba de los Globos de Oro, así que en esta ceremonia hubo orgía y desenfreno de color.
Las actrices se vistieron como las fichas del parchís y fueron la envidia del payasito ese que destiñe. Un claro ejemplo lo tenemos en estos 4 cubiletes:


La broma fácil sería afirmar que ninguna se come 20. No hay más que ver a Nicole, que no va vestida, sino en-ta-bli-lla-da. Ésa no mete en ese cuerpecillo ni el bigote-una-gamba.
Además, con esa pose jotera, este año se lleva el premio honorífico "Maruja Jarrón" como hay Dios...

Pero no caigamos en la obviedad. 
Yo las encuentro fantásticas. Con sus coloricos y sus complementos. Me hace gracia que todavía busquen su bolsito a juego con el modelazo, como yo cuando tengo una boda y me voy con el vestido metidito en una bolsa y aparezco por la sección de fiesta del Corte Inglés empeñada en dar con el tono exacto de magenta-tirando-a-butano del forro que asoma por las sisas. 
Y la clásica dependienta que te suelta lo de: "sabrá usté que en fiesta no admitimos cambios ni devoluciones". No lo voy a saber... ¿por qué te crees, resalá, que arrastro el conjunto por el que he pagado un carajal en esta cutrebolsa que me acompaña como si fuera la cicatriz de mi cesárea? ¿Para cagarla con el tono y encontrarme más tarde en mi casa, bajo la luz blanca de la cocina, llorando a lágrima viva porque el bolso y los zapatos se dan de leches a dos manos? No, maja, no... Se creerá ésta que la policía es tonta...

En fin, volvamos al cotarro.
Como os iba contando, Salma es la nueva Heidi Klum: omnipresente, omnipotente y onmisciente.
Todo lo que estrenan, inventan o proponen, zas, se lo pide. 
Bueno, le pasa hasta con la ropa: todo lo que encuentra, zas, se lo echa encima.
Ayer, sin ir más lejos, consiguió juntar en su menudo cuerpo dos lámparas de araña, un camión y medio de lentejuelas liláceas, dos ristras de diamantes, que ríete tú de las de chorizo-cantimpalo que traía mi madre (cuando las dietas no se habían inventado), y el equivalente a 5 kms de pasamanería de volantitos a juego con las lentejuelas (fijo que lo encontró en el Corte Inglés también, si no, ese tono es imposible de calcar).

Mírala.
Si es que no le queda ni un huequillo para un imprevisto. Va con todo el muestrario...
Al menos, la cara sigue siendo la suya y se la reconoce.

No como a Sandra Bullock, que está transmutando en Brooke Shields...


Con el agravante de compartir cirujano (y pómulos) con Nicole, lo que les obliga a parpadear alternativamente  de forma coordinada, para evitar marcas de expresión innecesarias. Que se lo ha enseñado su dermatólogo.

¿Ves? Una abre, la otra cierra y, al siguiente parpadeo, alternan. 
Y así, sucesivamente...

Fueron muy aplaudidos los looks de Jennifer Lawrence (con su melena leonina al viento y su Dior metalizado) y Margot Robbie (enfundada en un Chanel a medida, así cualquiera). Soberbias.


Aunque la imagen más repetida en las redes sociales fue la de la-Jenni, copita-verdejo en mano, brincando sobre el patio de butacas más feliz que una perdiz. No me digáis que no es la viva estampa de las cabritillas de Heidi... A mí me embelesa esa agilidad llevando semejante coraza talla 0.


Pero no veáis las risas cuando vi pasar esto por la alfombra... casi me atraganto con las pipas.


Hay que ser cantamañanas, que diría mi abuela...
Parece la gallina Caponata al enviudar del conejo Pérez Gil...
Esta tal "St. Vincent" (qué pobre, que te pongan de nombre un apellido) pasa por ser una "artista y cantante" muy... "suya", digamos. 
Con una bolsa de basura, unas mallas recortadas y un penacho en lo alto, se ha hecho un diseño propio, que fue la envidia del respetable. Lo malo es que andaba torpe y casi se esmorra frente a Cristina Teva (quien por cierto, iba preciosa, como viene siendo habitual en sus retransmisiones). Fue el atuendo más morrocotudo de la noche. ¡Hizo que el tapizado de la insigne Frances McDormand pasara desapercibido en la sala y todo! Y mira que hablo de Frances, no de cualquiera. Que suele llevar unos pelajos al estilo Baronesa Thyssen y unos vestidos/trapos/faldomentos imposibles... 
Yo la adoro.


Fue la encargada del momento "piel de gallinica" de la noche, al obligar, durante su discurso de agradecimiento, a todas las féminas nominadas de la sala a ponerse en pie. Fueran de la categoría que fueran, señaló a todas esas directoras, actrices, escritoras, compositoras, fotógrafas o diseñadoras como "personas con ganas de contar cosas y necesidad de financiación", y pidió a todos los que quisieran contratarlas que las citaran en unos días en un despacho para firmar los papeles que fueran necesarios. Que no intentaran contratarlas en las fiestas posteriores a la gala, sino en una oficina y  una vez pasada la cogorza. Fue su única concesión a los diversos movimientos del gremio. A ella no le hace falta nada más. Ni unos tacones, ni un peinado estupendo ni (mucho menos) enseñar cacha.
¡Olé mi Frances!

Y luego tienes a Taraji, que, generosa como pocas, te muestra todo lo que tiene en stock...


O a Viola, que la noto un tanto desatada a medida que cumple años... (ya lo decía mi abuela, que a estas edades se hacen las mayores locuras).


O a Emma Stone, que claramente pasa de todo una vez se ha librado de estar nominada (es lo que yo llamo una "disfrutona de galas"):

Ella se plantó sus pantacas y un fajín para darle el toque de color, y venga, pa la fiesta que me piro.
Yo creo que ese atuendo lo puedo plagiar fácilmente con lo que tengo en mi armario. Tú fíjate. Y esta gente probándose 60 modelos de media por gala... (Ojocuidao, que lo dijeron en la tele, que no me invento el número, ¿eh?)

Zendaya se atrevió con un holgado y vaporoso vestido de Giambattista Valli que era todo un espectáculo. Aunque si tienes 21 años, tienes sólo la mitad del mérito...



Más me impresionó que Meryl se sumara a la moda del entreteto-al-aire que tanto se empeñan en mostrar en este tipo de eventos. ¡Y a ella le sienta como un guante!



También hay que tener en cuenta que existe Jane Fonda en nuestro planeta. 
En peligro de extinción, sí. Pero ahí la tienes. Parpadeando y todo...
¿Cómo puede alguien estar así a los 80 años? Vamos, yo ni a los 15...


Y esta otra de nombre impronunciable (Saoirse-no-sé-qué, es decir, la protagonista de la cinta "Ladybird"), ¿no os recuerda a un paquetito de jamón york? Tan rosita y palidita, tan rubita y con el pelo como lamido por una vaca y con esas lonchas arrastrando por detrás... Dan ganas de meterla entre pan y pan. 


Respecto a la gala, he de decir que este año ha sido un ni-fú-ni-fá importante.

Las bromas de Jimmy Kimmel han sido (prácticamente todas) políticamente correctas, salvo el clásico pique acidillo que se trae con Matt Damon y al que siempre recurre.

Comenzó con un vídeo de presentación al estilo No-Do, en blanco y negro, para conmemorar los 90 años de estos premios. Y anunció que aquél que diera el discurso (cronometrado) más corto, se llevaría como premio una moto acuática. El premio recayó en el ganador al mejor diseño de vestuario, Mark Bridges, que cerró la gala encaramado a su nueva Kawasaki (acompañado por Helen Mirren, que parecía una azafata de "El Precio Justo").


Hubo varias standing ovations durante la noche. Ya sabéis, esos momentos en que el público se pone en pie y da vidilla a la ceremonia. Los primeros, para sendas actrices nonagenarias: Eva Marie Saint, que presentó el premio a mejor vestuario a sus tiernos 93 años, y Rita Moreno, que se encargó de premiar a la mejor película de habla no inglesa. El resto de ovaciones fueron para un par de actuaciones musicales (lo único reseñable en el escenario), para Cristopher Walken y para el dúo formado por Jane Fonda y Helen Mirren (y a instancias de Meryl Streep, que saltó de su butaca como un resorte) quienes entregaron el premio al mejor actor a Gary-Churchill-Oldman. Qué grandes las dos, por cierto, carcajeándose ante el micro de ser "pelín" más jóvenes que el mismísimo Óscar (apenas unos meses, bromearon).

En la imagen, Gary Oldman y su mujer-melliza

El "in memoriam" de este año quizá mejor llamarlo "in olvidum", porque menudo peñazo, con una cancioncilla de Tom Petty de fondo y la sucesión de imágenes (cada año ponen el power point más rápido y ya no distingo si la ha palmado Roger Moore o Emma Chambers). Mira que una es sentida, pero no me puso ni los ojicos embotaos ni la pielecica tontorrona. Un rollo.

El final de la gala tuvo como protas (de nuevo) a Warren Beatty y Faye Dunaway, que la cagaron en la traca final del año pasado (os recuerdo mi post anterior) y fueron llamados a resarcirse del tremendo fallo en la entrega del premio a mejor película de este año. Estoy segura de que el pobre Warren se repetía interna y machaconamente "no decir Lalaland, no decir Lalaland"...
Y no lo dijo. 

La estatuilla fue a parar, sin mayores contratiempos (pobre Faye, que no dijo ni palote), a las manos de Guillermo del Toro, que subió con todo el elenco de "La forma del agua".


***Nota mental: mandar un email a la Academia para que no inviten nunca más a Jorge Javier y Paz Padilla a estos galardones, que bastante tenemos ya con lo nuestro y no veas el susto a esas horas de la noche. Esto no se hace.





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